jueves, 3 de marzo de 2011

Poema de Fernán González

Primera Hoja del Poema de Fernán González
En sus orígenes, la literatura se difundía oralmente, de todos es sabida la inestimable labor de los juglares. Posteriormente  las obras se recogieron por escrito, llegando hasta nosotros versiones de versiones y copias de copias. Es curiosa la transmisión de algunas de nuestras joyas literarias. En la entrada dedicada a la Biblioteca de Barcarrota se habla del hallazgo de El Lazarillo, junto a otras 10 obras más de incalculable valor, encontradas emparedadas en una casa del pueblo. En otro pueblo: Villamartín de Sotoscueva, Nicanor derrumba su casa y se encuentra en un hueco del suelo de la cocina, tapado con una losa, una teja con 15 versos escritos pertenecientes al Poema de Fernán González, compuesto en el siglo XIII, dos siglos después de la vida del conde, por un monje de San Pedro de Arlanza (que se conserva incompleto en la Biblioteca del Escorial).





… de fuera s(o) rráyda
…seste que fues la tu mesurra
que tornase la rrueda que…
…castelanos pasad(o a) grant rrencura
con las gentes paganas fu…
(Se)ñor tu que libresste a daujd del leon
mateste al fillisteo un soberbioso (on)
…allos jodios del rrey de babillon
saca anos y libra desta tribulacion.
Señor que entre los sabios valiste a catalina
Y de muerte libreste a et…
(al) dragon destruxiste dela virgen marina
tu da a nuestras plagas la santa melecina. (…)
Tu libreste a danj(el) de (en)tre los leones
Libreste san mateo delos fieros (dra)o gones
Tu saca anos…

Los versos de la teja se localizan en dos momentos del Poema y, en consonancia con el lugar sagrado del que proceden, revelan fragmentos de sendas plegarias. Las tres últimas estrofas cierran el largo lamento de la introducción, la hecatombe de la España visigoda y la vaporosa existencia de Castilla, acosada de incertidumbres y con los castellanos viejos reducidos a los riscos más inaccesibles de la montaña. En la versión del monje arlantino, bien conservada al particular, rezan así, con bíblica desesperación:



Señor que entre los sabios valiste a Catalina,
e de muerte libreste a Ester la reina,
e del dragon libreste a la virgen Marina
tu da a nuestras llagas conorte e medicina.
Señor, tu que libreste a David del leon,
mateste al Filisteo, un sobevio varon,
quiteste a los jodios del rey de Babillon,
saca nos e libra nos de tal cruel presion.
Tu que librest’Susana de los falsos varones,
saqueste a Daniel de entre los leones,
libreste a San Matheo de os fieros dragones,
libra nos tu, Señor, d’aquestas tentaciones.


A su vez, la primera recoge la angustia del propio Fernán González, "mozo" (que) "iva… las cosas entendiendo". Ocupan la parte más deteriorada de la teja, milagro sobre milagro:




Señor, ya tiempo era, si fuesse tu mesura,
que mudasses la rueda, que anda a la ventura:
assaz an castellanos passada de rencura,
gentes nunca pasaron atan mala ventura.

Son los versos más antiguos del cantar de gesta que, sin embargo, no se encuentran en pergamino.

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