El teatro alcanzó gran esplendor y popularidad durante el siglo XVII. Era un verdadero “fenómeno de masas” que aglutinaba a todas las clases sociales, sin mezclarlas. Debido a su gran influencia debía pasar la censura, tanto política como religiosa. En realidad difundía el poder social, monárquico, moral y religioso establecido. Es en este siglo cuando el teatro se profesionaliza.
La temporada teatral abarcaba, por motivos religiosos, desde el domingo de Resurrección hasta el miércoles de Ceniza (desde que acaba la Semana Santa hasta que el final del carnaval).
Las obras duraban varias horas: en verano comenzaban a las cuatro de la tarde, en invierno a las dos y a las tres en primavera. Hasta la caída del sol. Siempre se aprovecha la luz solar ya que no existía otro tipo de iluminación, además de por cuestiones morales.
Durante todas estas horas no cesaba la interpretación, hecho que condiciona el que no hubiera telón de boca. Sin contar con que así se mantenían entretenidos los mosqueteros.
La obra teatral se dividía, según los nuevos preceptos del Arte Nuevo de Hacer Comedias de Lope, en tres jornadas o actos (introducción, nudo y desenlace), divididas de tal manera que se mantuviera la intriga del final. Sin embargo, se representaban otras piezas breves que entretenían y gustaban mucho al público. La estructura es la siguiente:








Los personajes apenas aparecen caracterizados debido a que siguen un esquema fijo. Se les denominan personajes – tipo. Son:






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Los temas predilectos eran el amor y el honor, que, si se manchaba, debía ser lavado con la sangre. El honor no es solo un atributo de la nobleza, sino también de los villanos.
A continuación podréis ver unas obras de Lope llevadas al cine:
El perro del hortelano
El alcalde de Zalamea
Fuente Ovejuna (Laurencia pide justicia ante el consejo)
Demuestra lo que sabes practicando con estas actividades.
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