miércoles, 21 de septiembre de 2011

Gracias, compañeros

Esta mañana estaba haciendo cola en la carnicería y he escuchado por la radio que se preveía que la huelga del profesorado de la pública sería un éxito, como lo fue ayer. Acto seguido, una mujer ha susurrado a otra que “qué poca vergüenza, después de que los pagamos con nuestros impuestos y con las vacaciones que tienen…”

Pensaba que a estas alturas eso de que los profesores no quieren trabajar dos horas más, eso de que los profesores no trabajan nada, estaría aclarado. Los políticos, los medios de comunicación han manipulado la realidad, pero, creía que la opinión pública era conocedora de la verdad y que se sumaría a la protesta por un sistema educativo de calidad, es decir, para todos, independientemente de tu cuenta bancaria, por un sistema educativo que atienda a la diversidad, porque no todos somos iguales ni tenemos los mismos intereses ni capacidades.

Me pregunto qué pensarán los padres (y si se manifestarán) que pretenden que toda la educación de su hijo recaiga en el colegio, que te acusan de no prestarle suficiente atención a su hijo (aunque este se niegue a estudiar), que culpabilizan al profesor del fracaso escolar. Me han llegado incluso a acusar de no querer a su hijo. Educación + amor… por muchas vacaciones que tengamos… creo que la cosa se pone complicada… clases masificadas, ausencia de desdobles, optativas e itinerarios, mezcla indiscriminada de alumnos con distintas capacidades… Es difícil de adivinar por qué se manifiestan los profesores.

Me gustaría agradecer a miscompañeros o excompañeros que han ido a la huelga aunque vean sus nóminas nuevamente mermadas, a los que están luchando no sólo por su puesto de trabajo, si no también por el de sus compañeros interinos, por la educación y por los alumnos, su protesta. Funcionarios que luchan por la educación, la educación que es esencial para la sociedad (¿qué se puede esperar de una sociedad sin formación?). Creo que, lejos de ser criticados, son un ejemplo y que todos deberíamos salir a la calle, porque la educación nos atañe a todos. ¿O esperamos a que se privatice, como parece que quiere hacer Esperanza Aguirre, quien afirma que la educación no tiene por qué ser gratuita?


De nuevo, ¡gracias! Las cifras son variables: los sindicatos hablan de alrededor de un 80% de seguimiento, frente al 39% de la Consejería de Educación (de quien no esperamos su apoyo). Sea como fuere, de nuevo, gracias.

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