miércoles, 28 de septiembre de 2011

Ortografía

La ortografía continúa siendo una asignatura pendiente en nuestras aulas y en nuestra sociedad. Ya nos hemos acostumbrado a ver con faltas los carteles, anuncios publicitarios, noticias, la información televisiva, mensajes de móvil, el tuenti, incluso la carta de nuestra Esperanza Aguirre a los interinos...

Debemos tener en cuenta que en nuestras aulas contamos con alumnos cuya lengua materna no es el castellano. Ayer escuché en el tren a unos estudiantes del Bachillerato Internacional que, cuando hablamos, no ponemos tildes y que nos entendemos igual, que para qué hacerlo al escribir. Es que cuando hablamos sí ponemos tildes (no se pronuncia igual este "sí" afirmativo que el condicional")."Si" estás interesado en consultar o poner a prueba tu conocimiento de la norma, en la siguiente página de ortografía podéis consultarla y practicar con actividades.

viernes, 23 de septiembre de 2011

Una imagen vale más que mil palabras

Fuente: Cadena Ser Madrid

No son dos horas más, se trata de financiar a la privada

He aquí un nuevo motivo por el que es necesario recortar en la educación pública: para financiar las actividades extraescolares de los centros privados y concertados. Mejor masifiquemos nuestras clases, que nuestros hijos no puedan ser bien atendidos, que miles de interinos se vayan al paro, denostemos la labor del docente, mejor que a los alumnos les de lengua el profesor de historia, ¡fuera la atención a la diversidad!, ¡adiós a la labor tutorial!... es más importante socialmente que los escolares de la privada tengan actividades extraescolares pagadas de los impuestos de todos, con lo que ganan sus papás, ¿cómo iban a aprender si no...? Y ellos se lo merecen, al fin y al cabo, el futuro es suyo. Como dice el rap que habla del sistema educativo de Esperanza: "Si eres pobre para qué quieres estudiar".


Ref:09/561366.9/11 


Dirección General de Becas 
y Ayudas a la Educación 
CONSEJERÍA DE EDUCACIÓN 

Comunidad de Madrid 

Instrucciones de la Dirección General de Becas y Ayudas a la 
Educación para la organización y financiación en
centros concertados 
de
actividades en horario extraescolar para la mejora del éxito 
académico y de la integración escolar de los alumnos. 

Mediante las presentes instrucciones, se establecen las condiciones y el procedimiento para dotar de
financiación a los centros docentes concertados que organicen actividades extraescolares dirigidas al apoyo y refuerzo de aprendizajes básicos, estudio asistido, y otras de carácter cultural, científico, artístico y deportivo que contribuyan a la mejora del éxito escolar y la integración de los alumnos en el centro. Y ello sin detrimento de la competencia de los centros privados concertados para la determinación de su programación de actividades extraescolares que serían independientes de estos recursos específicos. 


Con el fin de establecer las condiciones para la organización y la financiación de estas actividades en centros docentes concertados de la Comunidad de Madrid, en virtud de lo dispuesto en el artículo 8 del Decreto 118/2007 de 2 de agosto, del Consejo de Gobierno, por el que se establece la estructura orgánica de la Consejería de Educación, esta Dirección General de Becas y Ayudas a la Educación dicta las presentes instrucciones.

miércoles, 21 de septiembre de 2011

Gracias, compañeros

Esta mañana estaba haciendo cola en la carnicería y he escuchado por la radio que se preveía que la huelga del profesorado de la pública sería un éxito, como lo fue ayer. Acto seguido, una mujer ha susurrado a otra que “qué poca vergüenza, después de que los pagamos con nuestros impuestos y con las vacaciones que tienen…”

Pensaba que a estas alturas eso de que los profesores no quieren trabajar dos horas más, eso de que los profesores no trabajan nada, estaría aclarado. Los políticos, los medios de comunicación han manipulado la realidad, pero, creía que la opinión pública era conocedora de la verdad y que se sumaría a la protesta por un sistema educativo de calidad, es decir, para todos, independientemente de tu cuenta bancaria, por un sistema educativo que atienda a la diversidad, porque no todos somos iguales ni tenemos los mismos intereses ni capacidades.

Me pregunto qué pensarán los padres (y si se manifestarán) que pretenden que toda la educación de su hijo recaiga en el colegio, que te acusan de no prestarle suficiente atención a su hijo (aunque este se niegue a estudiar), que culpabilizan al profesor del fracaso escolar. Me han llegado incluso a acusar de no querer a su hijo. Educación + amor… por muchas vacaciones que tengamos… creo que la cosa se pone complicada… clases masificadas, ausencia de desdobles, optativas e itinerarios, mezcla indiscriminada de alumnos con distintas capacidades… Es difícil de adivinar por qué se manifiestan los profesores.

Me gustaría agradecer a miscompañeros o excompañeros que han ido a la huelga aunque vean sus nóminas nuevamente mermadas, a los que están luchando no sólo por su puesto de trabajo, si no también por el de sus compañeros interinos, por la educación y por los alumnos, su protesta. Funcionarios que luchan por la educación, la educación que es esencial para la sociedad (¿qué se puede esperar de una sociedad sin formación?). Creo que, lejos de ser criticados, son un ejemplo y que todos deberíamos salir a la calle, porque la educación nos atañe a todos. ¿O esperamos a que se privatice, como parece que quiere hacer Esperanza Aguirre, quien afirma que la educación no tiene por qué ser gratuita?


De nuevo, ¡gracias! Las cifras son variables: los sindicatos hablan de alrededor de un 80% de seguimiento, frente al 39% de la Consejería de Educación (de quien no esperamos su apoyo). Sea como fuere, de nuevo, gracias.

lunes, 19 de septiembre de 2011

El valor de la educación

El País

Cada vez está más claro que nuestra riqueza nacional obtenida en los largos años dorados del boom inmobiliario no fue a parar a la educación. La educación, como podemos comprobar un día sí y otro también, no es una de nuestras glorias nacionales, a diferencia, por ejemplo, del fútbol o, hasta no hace mucho, de los toros. Y aunque los políticos suelen hablar de la educación, la mayoría de ellos no sienten ninguna devoción hacia ella y prefieren, por el contrario, estimular la ignorancia, la burricie y la estupidez.

La educación en España provoca mucho ruido y poco debate. En términos generales, nuestros políticos sienten atracción por el poder, la comunicación, es decir, salir mucho en los medios, y por sus votantes, aunque solo por los más fieles. Como para lograr todo eso no necesitan estudiar, sentir el amor por el conocimiento, la educación les trae sin cuidado. Hablan, eso sí, de formación, pero, en realidad, quieren decir preparación, adquirir crédito profesional a través de un título, ganar dinero fácil y con rapidez. La formación es otra cosa.
Como ocurre con casi todo en la vida, no hay una única y simple verdad sobre la educación, pero hay un acuerdo bastante básico entre los especialistas en señalar que la educación significa el desarrollo integral de los individuos más allá de la preparación profesional, algo que incluye necesariamente comprender la naturaleza de las cosas y el mundo que nos rodea. La educación es una guía imprescindible para captar los entresijos de la sociedad tan compleja que hemos creado. Conocimiento, respeto por las personas y ambición por ampliar los estrechos horizontes de la pequeña comunidad de vecinos, familia y amigos en la que cada uno habitamos. Esas son tres cualidades básicas de la educación.
Con el trasfondo de la cruda crisis económica y de las altas tasas de paro que padecemos, a muchos les gusta repetir hasta la saciedad que nunca ha habido una generación tan bien formada como los jóvenes en la actualidad, lo cual, vista la historia de España de la mayor parte del siglo XX, no significa gran cosa. Ese tópico, un lugar común bastante generalizado también en los medios de comunicación, en las tertulias y en la calle, es el resultado, por un lado, de la confusión entre preparación profesional, aunque sea chapucera, y formación; y por otro, de un desconocimiento agudo y preocupante de lo que significa la educación.
Una persona educada debe ser capaz de pensar y escribir con claridad, comunicar con precisión y pensar críticamente, algo que debería ser un requisito imprescindible para los estudiantes universitarios. No hace falta conocer mucho las universidades españolas ni ser un especialista en educación para comprobar lo lejos que estamos de esa primera y fundamental premisa.
Una buena educación, además, debe proporcionar una apreciación crítica de las formas en que obtenemos el conocimiento y la comprensión de la sociedad, conocimientos básicos de los métodos experimentales de las ciencias, de los logros sociales, artísticos y literarios del pasado, de las principales concepciones religiosas y filosóficas que han guiado la evolución de la humanidad. No se puede ser provinciano, solo del pueblo o ciudad donde uno ha nacido, sin aspirar a aprender de verdad otros idiomas, ignorando a las otras culturas o los hechos históricos que han contribuido a configurar el presente. La educación debería servir también, por supuesto, para adquirir especialización o formación profesional en algún campo de conocimiento. De una persona educada, en fin, se espera que tenga algún conocimiento sobre los problemas éticos y morales, en constante cambio, que pueda ayudarle a formarse un juicio sólido y elegir entre las diferentes opciones.
El salto de la mera preparación, de un conocimiento informado, a una apreciación crítica de las cosas, a la formación profunda, puede resultar una ambición inalcanzable, pero hay que perseguirla con ahínco a través del estudio continuo, del estímulo del hábito de la atención, del arte de la expresión y del pensamiento crítico. Desarrollar los poderes del razonamiento y del análisis no es algo que se estimule mucho entre nosotros, dominados como estamos por la mentalidad de los tecnócratas y de los corredores de Bolsa, que animan a obtener beneficios inmediatos, con un desconocimiento supino de lo que significa organizar la enseñanza a largo plazo.
La educación es un privilegio que no puede dejarse en manos de los burócratas, de los amantes de las estadísticas y del currículo, de quienes desprecian a los profesores y limitan su autoridad ante los alumnos, los padres y la sociedad en general. En los tiempos en que vivimos, rodeados de ordenadores y tecnología moderna, la información puede adquirirse sin demasiada dificultad. La educación necesita mucho más, aunque en España todavía no nos hayamos enterado.
Julián Casanova es catedrático de Historia Contemporánea en la Universidad de Zaragoza.

viernes, 16 de septiembre de 2011

Por una educación pública de calidad

Esperanza Aguirre es Lola Flores en rubio


Esperanza Aguirre es Lola Flores en rubio, me dice Juan Urbano, acordándose de que a una le dijeron en Nueva York aquello de "no sabe cantar, no sabe bailar, no sabe actuar, pero no se la pierdan", y otra llegó a ministra de Cultura sin saber si José Saramago era hombre o mujer, si Bryce Echenique era peruano, español o las dos cosas y si Juan Carlos Onetti y Dulce Chacón, entre otros, estaban vivos o muertos. Qué jefa, anda que no. De hecho, si dejamos aparte la literatura y esas cosas, por las que ella pasó como quien mete un zapato de Manolo Blahnik en un charco, la verdad es que esta mujer, digan lo que digan, tiene gracia, es más chula que un ocho y no le falta valor para salir sonriendo lo mismo de un helicóptero en llamas que de un cáncer, y eso se lo aplaudimos de corazón, confiando en que no le moleste que para eso tengamos que usar también la mano izquierda. La parte mala, esa que nos ha hecho darnos cuenta hace tiempo de que si leesesperanza al revés te sale Aznar, es que en ella la palabra valor no tenga el sentido que se le da en el mundo de la economía, donde existe una paradoja del valor o paradoja del diamante y el agua que explica que aunque el agua sea más necesaria que los diamantes, estos tienen un precio mucho mayor en el mercado porque lo que se paga es la utilidad marginal de las cosas.

Por supuesto, la presidenta de la Comunidad de Madrid cree que lo que hay que hacer es subir el precio del agua para que quienes lo venden puedan comprarse más diamantes, y de ahí su guerra a muerte contra la sanidad y la educación públicas, que son el agua del cuerpo y de la mente que ella, como no podía ser más, trata de robarnos para luego vendérnosla embotellada. Cuando los profesores, por ejemplo, se rebelan, salen a la calle y le pintan de rojo los colegios, a ella se le ven los andamios, se pone despectiva, manda inspectores a los institutos para amedrentar a los maestros, deja de resultar simpática y te la imaginas soñando que algún día podrá escribir en serio y en el Boletín Oficial del Estado aquel chiste de La Codorniz que decía: queda prohibido todo aquello que no sea obligatorio.

Ahora, con la vista puesta en un gobierno de su partido en el que ella no va a estar, sigue peleando en los dos frentes, contra la sanidad y contra la educación, y aunque en el segundo caso no ha colado su intento de tirar las escuelas abajo y echarle la culpa del hundimiento a los profesores, que la esperan en la calle con la tiza entre los dientes y la razón en la mano, en el primero sigue adelante con la famosa factura informativa, que es algo así como aquel libro de O. J. Simpson que se titulaba Si lo hubiese hecho y en el que contaba cómo habría matado a su exmujer y a su pareja de haberlo hecho. En realidad, todo el mundo piensa que lo hizo y también que esa cuenta que nos van a pasar en el médico es un aviso: si le cobráramos la operación de amígdalas que le hemos hecho, serían 792 euros; la consulta con el médico de familia, 39 euros y con la enfermera, 18; una radiografía, 13,32, y una atención en Urgencias, 122 euros, incluyendo personal, material sanitario y farmacéutico, pruebas diag-nósticas, laboratorio, agua, luz, seguridad, limpieza y mantenimiento.

Le vamos a responder que eso es lo que pagaríamos si no fuese porque ya lo hemos pagado con nuestros impuestos, pero ¿acaso no lo sabe? Claro que sí, pero no le va a importar mucho y seguirá con el plan, porque no tiene ni quiere otro. Sin embargo, a la larga le saldrá caro y le costará el puesto. Porque no se puede esperar que la gente a la que le usurpas lo que más necesita te dé las gracias. Ella aún no lo sabe, pero huir hacia adelante es caer hacia arriba. Nada más que eso.

lunes, 5 de septiembre de 2011

10 excusas para no leer (y soluciones)


Comprensión Lectora










1.    Estoy cansado-a (si no lo está para ver la tele no lo está para leer un rato)
2.    Prefiero hacer otra cosa (somos dueños de nuestra voluntad)
3.    Ahora no, leeré más tarde (más vale revista ahora que El Quijote mañana)
4.    No tengo tiempo (somos dueños de nuestro tiempo)
5.    No me gusta (si no lee ¿cómo lo sabe?)
6.    No me apetece (tampoco le apetecerá levantarse todas las mañanas)
7.    Leer me aburre (porque no lo ha probado realmente)
8.    No sé qué leer (cualquier momento cualquier libro)
9.    Los libros son caros (bookcrossing, bibliotecas, amigos, segunda mano)
10.  Leer no sirve para nada (combate enfermedades mentales a largo plazo, agiliza la capacidad de reacción, evita el fracaso escolar…)

sábado, 3 de septiembre de 2011

No son dos horas más

En la carta de Esperanza Aguirre enviada con la nómina de agosto a los profesores que hemos tenido la suerte de cobrarla pide el esfuerzo de este colectivo para completar el horario, es decir, nos acusa de no cumplir la jornada, de no trabajar las horas suficientes. ¡Claro, es que el trabajo del profesor se limita a entrar en el aula!

Después hace mención a la realidad social que nos acucia: las empresas despiden, los jóvenes engrosan las listas del paro y existen familias con todos sus miembros desempleados. Efectivamente, a partir de septiembre (y ya lo fue de julio) miles de interinos de todas las edades, padres de familias también, serán despedidos, desempleados por sus recortes. 


La política educativa de Esperanza Aguirre persigue la distinción de clases sociales y una sociedad es como la educan. A ella lo que le interesa son los colegios privados, el resto da igual, son "esos" que van a la pública, qué más da que no tengan una enseñanza de calidad, que se les baje el nivel, al fin y al cabo, a ella y a los suyos no les afecta.

Estoy harta de escuchar en los medios que sólo se pide que los profesores cumplan su horario de tan sólo 20 horas, ¡que no son dos horas más! 


No son dos horas (tomado de La ciencia para todos)

Es admirable lo bien que funcionara la maquinaria propagandística de quienes ostentan el poder. Una maquinaria que ha convencido, en apenas unas horas, a gran parte de la opinión pública de dos hechos que son completamente falsos

1. Se afirma que el horario actual de un profesor de Secundaria son 18 horas semanales, cuando es -en realidad- de 37,50 h. Contamos aquí -por supuesto- solo las horas legales, pero no las horas extra no remuneradas que muchos de nosotros dedicamos voluntariamente a otras tareas educativas, tales como actividades extraescolares, salidas, viajes, grupos de teatro, jornadas culturales, revistas escolares..., iniciativas que la Consejería no reconoce en modo alguno. 

2. Se insiste en que nuestra protesta y la futura (posible) huelga se debe al aumento de 2 horas lectivas y se omite su verdadero móvil: el desmantelamiento de la educación pública

Sobre esta segunda falacia, y dejando a un lado que una hora lectiva se multiplica por otras tantas horas de trabajo fuera del aula, solo haré algunas puntualizaciones (a las que seguro que mis compañeros pueden aportar muchas más...): 

1. No nos quejamos por 2 horas más, pues muchos de nosotros ya dábamos 19, 20 o incluso 21 horas lectivas en cursos anteriores. Somos conscientes de la crisis (es triste tener que volver a recordar que asumimos un notable recorte salarial hace solo unos meses) y por ello mismo, muchos -por no decir todos- estamos dispuestos a asumir ese aumento de horas siempre que se respeten las plantillas y los cupos de profesores actuales. Así, por ejemplo, si en mi centro todos aumentamos 2 horas lectivas pero no se recortan los 10 profesores que han sido suprimidos, podremos hacer desdobles, grupos flexibles, clases con menos alumnos y atender, en definitiva, a nuestros chicos con la dignidad y la dedicación que merecen. 

2. El motor de la protesta no es, por tanto, el aumento de horas, sino el recorte de profesores. Recorte que supone dejar en la calle a más de 3000 docentes y hacinar a los alumnos en aulas que superarán, con creces, los 30 alumnos por grupo. 

3. Nuestro objetivo no son esas dos horas, nuestro objetivo es defender la enseñanza pública, que se está viendo atacada de modo salvaje y tenaz, con medidas como las siguientes (solo son un tímido extracto de lo que está ocurriendo): 

- recorte de casi 100 millones de euros en la pública (la Consejería admite, al menos, 80 mill €); 

"regalo" fiscal de 90 millones de euros a la privada (a través de desgravaciones a quienes puedan pagarse allí la matrícula de sus hijos); 

supresión de las tutorías que dejan de ser hora computable para profesores y alumnos y quedan al libre albedrío del centro, con el consiguiente perjuicio de las familias más desfavorecidas; 

supresión de plazas para nuevos alumnos en FP, EOI, Artes musicales y escénicas..., convirtiendo la enseñanza profesional, de idiomas y artística en un reducto que acabará siendo exclusivo de aquellos que puedan pagarse esa formación; 

- supresión de refuerzos, desdobles, orientadores y profesores de Compensatoria(en mi instituto no habrá ni uno solo este año, por ejemplo), lo que más allá de exigir que cada profesor atienda a más 30 alumnos por clase, perjudicará tanto a quienes destaquen por sus altas capacidades como a quienes tengan problemas por lo contrario: todos deberán estar en el mismo grupo al no haber profesores suficientes en el centro para dividirlos por niveles; etc. 

Por supuesto, se puede estar o no de acuerdo con estos motivos. Se puede estar o no de acuerdo con nuestra huelga. Se puede estar o no de acuerdo con nuestra lucha por la educación pública. Pero, más allá de la necesaria -y sana- diversidad de opiniones en que se basa toda democracia, no se puede mentir y afirmar que nuestra protesta se hace por un motivo que no es -ni mucho menos- el que nos ha hecho unirnos a padres, alumnos y profesores -de todo tipo de ideologías- por un fin común. Un fin que, desde luego, no son esas 2 horas (¿alguien cree, de veras, que toda la comunidad educativa se levantaría en armas solo por algo así?), sino el desmantelamiento progresivo -y alarmante- de un pilar de toda sociedad: la educación pública. 

viernes, 2 de septiembre de 2011

No quiero vuestro p*** dinero

Ojalá Esperanza Aguirre fuera consciente de la categoría de las personas y profesionales a los que quiere deteriorar su puesto de trabajo. La siguiente entrada está tomada del blog La ciencia para todos a cuyo autor sólo puedo darle miles de gracias, considero que es un sabio y un ejemplo para todos (y no sólo por esto). ¡Gracias, Javi!

Parece que en la consejería de educación de Madrid (las minúsculas son intencionadas) se atrincheran en sus medidas, que, como ya os contamos conlleva el despido la no renovación de contrato de unos miles de profesores interinos.

No os dejéis engañar, estos interinos no son cuatro, ni les contratan un mes al año para cubrir una necesidad puntual. Estamos hablando de entre dos mil y tres mil que se van a ir a la calle (aproximadamente) y que llevan años trabajando el curso completo como los que tenemos plaza. Quizá un tercio de los profes de cada centro sean interinos.

Como veis en la noticia resulta que para callarnos la boca a los que nos quedamos nos darán “una propina”.

Pues señores, no quiero su dinero.

Quiero a mis compañeros, que trabajan duro codo con codo conmigo, quiero sus ideas, sus puntos de vista, su sabiduría, su ayuda, la calidad que aportan a la enseñanza… que, por supuesto, no puede sustituirse por meter a un puñado de alumnos con notas altas en un centro especial… a nosotros nos interesan todos los alumnos.

¿Seremos tan mezquinos los que nos quedamos de vendernos por unas migajas… ?

Insisto… no me echen monedas, no escogí esta profesión por el dinero, tuve mejores ofertas en ese sentido. Quiero hacer mi trabajo de ayudar a formar personas y que la administración me lo facilite… o al menos que me deje en paz… o al menos, que no me insulte intentando comprar mi silencio.